Manero Balmis es, sin duda, un lugar indispensable para conocer la figura de Francisco Balmis, una alternativa que no dejará indiferente a nadie y que permitirá disfrutar de un lugar con una gran historia detrás, por ese barrio, por esas calles transitó Francisco Balmis y su legado perdura hoy en cada rincón de Alicante dos siglos después.
Manero Balmis es un bar de estilo colonial del S.XIX donde el Dr. Balmis podria haberse refugiado infinitas veces antes de partir al Nuevo Mundo.
Biografía Francisco Javier Balmis
La familia Balmis i Berenguer tenía su domicilio en el distrito del arrabal de San Francisco, concretamente en la calle de la Balseta, allí vivían Antonio Balmis y Luisa Berenguer junto a sus hijos.
Francisco Javier nació el 2 de diciembre de 1753 en el seno de una familia de cirujanos, padre, tío y abuelo.
Antonio Balmis, padre de Francisco fue un conocido cirujano que desempeñó su labor profesional en el antiguo Real Hospital Militar, donde hoy encontramos el cuartel de la Guardia Civil cerca de la Plaza de Toros.
Siendo un niño, Francisco Balmis ya se interesó por la medicina. Quería seguir los pasos de sus predecesores, por lo que con solo 17 años empezó a cursar prácticas junto a su padre en el Hospital Militar. En 1778 con 25 años obtuvo el título de Cirujano junto con el de Álgebra.
Más adelante, se alistó al ejército militar donde fue el primer cirujano que trabajó en el Hospital San Juan de Dios e inició estudios relacionados con enfermedades de transmisión sexual, llegando a publicar varios libros que tuvieron una gran relevancia en la época.
Balmis ejerció como cirujano del cuerpo del ejército de Zaragoza y posteriormente fue nombrado Cirujano Honorario del Rey Carlos IV.
Francisco Balmis siempre estuvo muy apegado a Alicante. Desde pequeño era muy habitual verlo por el barrio en compañía de su familia donde solían pasear los domingos por la Plaza Gabriel Miró, en esa época se conectaba directamente con el mar.
Desde la Plaza de las Frutas (actualmente Plaza de la Santísima Faz) donde vivía la Familia Balmis, atravesaban el ayuntamiento camino a la Puerta del Mar para pasear por el puerto y admirar las diferentes embarcaciones que cautivaban al pequeño Francisco. Se quedaba observando los barcos y se preguntaba cómo sería la vida en altamar, cómo actuarían en caso de que algún viajero se pusiera malo durante la travesía. Francisco era un niño muy curioso. Le encantaba escuchar las explicaciones que con todo lujo de detalles su padre le contaba sobre medicina, cirugía y salud.
De pequeño se interesó por la medicina y se propuso ser un estudiante brillante. Cuando sus educadores le preguntaban cuál era la razón por la cual quería ser médico, él siempre respondía: “Para poder salvar vidas”.
El mundo a finales del S. XVIII estaba afectado por todo tipo de enfermedades de difícil solución. Algo que generaba un profundo malestar en Francisco.
Aquel niño de rostro angelical y que miraba con ilusión todos los detalles de su Alicante natal, se convirtió en uno de los médicos más relevantes de la época. Sin embargo, a pesar de su fama siempre se mostró humilde y cercano con sus vecinos, aprovechando sus visitas a Alicante para reencontrarse con sus amistades y allegados.
A finales de 1803 se pone en marcha la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, con el apoyo de Carlos IV, encabezada por Balmis, acompañado de la enfermera Isabel Zendal y 22 niños huérfanos. Durante 3 años se encargaron de llevar solución a los enfermos de Viruela en América del Sur y central, Filipinas y parte de China, utilizando el método de la variolización, es decir, preservando la enfermedad en personas vivas, infectadas levemente hasta lograr su recuperación, generando anticuerpos.
Balmis no solo fue un ejemplo y un referente dentro de la medicina, sino que se convirtió en una figura que destacaba por su solidaridad, su apego al barrio y por su cercanía. Un persona con un gran valor que ayudó a millares de personas.
¿Dónde encontrarlo?: Plaza Doctor Balmis (Alicante).
