PRODUCTOS MANERO > DE LA BODEGA
Las tierras se renuevan y para ello los viejos sarmientos son cortados para volver de nuevo a la tierra y nutrirla para continuar el ciclo natural. En estos momentos es cuando podemos ver en todo su esplendor el rojo del terruño que en primavera irá ocultándose por el manto verde de las hojas y ramas que darán de nuevo fruto.
Este es el tiempo donde el sonido de las tijeras y el viento conviven; las cuadrillas terminan de desnudar las cepas y el cielo se prepara para regar las futuras cosechas.
Tras el trabajo manual de la poda, quedan listas las yemas que en breve verán brotar los pámpanos que, a su vez, sostendrán los racimos de la nueva cosecha. Esta renovación donde tanta madera es podada, aprovecha de nuevo sus propiedades, pues es devuelta tras ser triturada, devolviéndola de nuevo al terruño para que le aporte de nuevo sus propiedades y seguir el proceso de la forma más natural posible. Ahora solo queda esperar a que el paro vegetativo se interrumpa. En pocos meses será difícil recordar que los campos quedaron desnudos.
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Hogar de barricas, la bodega es el corazón del vino. En la oscuridad, los procesos de fermentación trabajan y el tiempo hará que todo el camino recorrido desde la poda hasta el descorche de una botella, tenga su recompensa.
José María Vicente y Carlos Bosch hablan del vino de parcela MANERO “Casa Castillo” en las mismas tierras de umbría desde las que la bodega crea sus caldos D.O. Jumilla.
Lamentablemente y por décadas, muchas de las tierras antes cultivadas ahora parecen estar en eterno barbecho.